Cuando un perro llega a casa con movilidad reducida, no sabemos cómo podemos ayudarle y a veces nos preocupamos demasiado, por eso, aquí te muestro
5 aspectos a tener en cuenta con el perro con movilidad reducida o parapléjico.
- Adapta el suelo: Si resbala, instala material tipo goma eva para ayudarle a caminar por casa y evitar caídas o sobreesfuerzo en las patas que tengan más fuerza, en un intento de agarrarse mejor.
- Adapta una habitación: Debemos adecuar un lugar de la casa que sea su lugar de descanso cuando se quede solo/a. Esta habitación debe ser lo más diáfano posible para que tu perro parapléjico o con movilidad reducida no tenga que sortear obstáculos y no se haga daño.
- Alimentación: Los boles de agua y comida deben estar a la altura de su codo (de las patas delanteras), para evitar forzar las extremidades o caídas al inclinarse hacia delante y perder el equilibrio. Además, ya sabes que en Mumbie damos muchísima importancia a la alimentación y en estos casos de Superpoder de la movilidad, no es para menos: Consulta con un nutricionista especializado el uso de condroprotectores y una dieta equilibrada que ayude a mantener músculo sin caer en sobrepreso, un enemigo del perro parapléjico o con displasia.
- Escaleras: Si hay escaleras en tu hogar, instala puertas para bebé, para evitar que tu SuperPerro se caiga o se haga daño intentando subirlas sin supervisión, si no es consciente todavía de su movilidad limitada.
- Rampas: Si todavía tiene cierta movilidad, el uso de rampas antideslizantes puede ayudarle mucho: Para las escaleras o incluso subir al sofá o al coche.
Quizá el aspecto más importante a tener en cuenta es que comprendamos que pueden seguir llevando una vida normal . No debemos limitarlos, pero sí ser conscientes de la ayuda extra que necesitan.
A nivel comportamental, los perros con paraplejia no pueden comunicarse con normalidad con otros perros, al tener movilidad limitada o incluso nula en su tren trasero, por lo que su cola no transmite la información comunicativa que creen. Empatiza y ayúdale en situaciones estresantes.
Trabaja propiocepción, masajes y movimientos pasivos (pregunta a tu veterinario fisiatra) y haz seguimientos con el traumatólogo.